Bueno, siguiendo con los aportes a mi blog de antiguos compañeros y amigos, os voy a presentar a otro de los "grandes"entrenadores que he tenido la suerte de tener conmigo y por supuesto aprender mucho con él, no es otro que mi compañero Antonio Forero. Nuestros caminos se cruzaron en mi última temporada como máximo responsable del equipo juvenil de primer año del Cádiz C.F., curiosamente venía a hacer las prácticas para obtener el título de entrenador de nivel II y al final se quedó toda la temporada conmigo para aportarme todo su trabajo y sus inmejorables análisis de nuestros partidos, ayudandome bastante a crecer como entrenador, tenemos que ser capaces de aprender de todos los que nos rodean porque siempre podemos aprender y como ya os he aconsejado en anteriores entradas, darles el merecido lugar que se merecen.
Como varéis ahora en sus líneas, habla con gran sencillez de lo que tenemos que dominar los entrenadores, y va en la línea de este blog que no es otra que ayudar con consejos prácticos para que crezcáis como entrenadores, por lo tanto creo que es una gran entrada para el blog por su parte que os enriquecerá sobre cuestiones en las que muchas veces parece que son sabidas y la realidad es bien distinta, pues se ven muchas carencias en la base de nuestro fútbol y debemos empeñarnos en mejorar todos estos aspectos que nos habla mi buen amigo Antonio.
Él actualmente entrena a un equipo benjamín en el Cádiz C.F., podemos decir que esos chavales están en buenas manos pues Antonio destaca por su coherencia en el trabajo, gran amante del fútbol, gran analista, disfruto cada vez que puedo hablar con él de fútbol porque siempre se fija en detalles que no todos tenemos la capacidad de analizar como él lo hace, en fin, una gran persona y un entrenador que tiene que estar en nuestro fútbol por el bien del mismo. Espero que disfrutéis de su entrada como yo lo he hecho y como lo hago cada vez que puedo hablar con él de fútbol, muchas gracias Antonio y espero que no sea tu único aporte al blog por el bien de todos los que amamos este deporte.
FÚTBOL: SUMA COMPLEJA DE COSAS SENCILLAS
El fútbol es uno de los deportes más complicados que existen. Su dificultad fundamental radica en el número de jugadores que lo componen, siendo más complejo coordinar la acción colectiva de 11 participantes que de cualquier número inferior. Interrelacionar todos los parámetros y todas las variables de un equipo de fútbol para que funcione es algo terriblemente difícil, dándose el caso de que, en la mayoría de las ocasiones, el entrenador no consigue que su equipo juegue bien al fútbol, consiga los resultados apetecibles y ni tan siquiera entretenga mínimamente al espectador. De todos conocido es el caso de algún entrenador de relumbrado postín y polémicas ruedas de prensa, el cual cuenta en su séquito innumerables ayudantes, ojeadores, analizadores y estrategas y que, sin embargo, no consigue dominar el ataque estático combinativo, de forma que su equipo, si no es en una acción individual de los mejores jugadores del mundo que están a su servicio, no es capaz de crear superioridad ni de encontrar espacios en una línea defensiva bien replegada.
Entonces, ¿Cómo puedo lograr que mi equipo funcione? Desde estas líneas pretendemos dar unas pautas a seguir para poner los cimientos del futuro edificio.
Aconsejamos comenzar asumiendo que no somos lo suficientemente buenos entrenadores para manejar correctamente el maremágnum técnico-táctico-físico-psicológico que forman un equipo de fútbol. No somos capaces de ponerlo en marcha todo a la vez. Comencemos por lo sencillo.
Primero y principal: el portero para, los defensas defienden, los centrocampistas atacan y defienden, y los delanteros atacan. Así de fácil. Me hace mucha gracia cuando escuchas hablar maravillas de laterales ofensivos que encandilan con sus centros y sus llegadas, pero que luego regalan dos goles y perdiste dos a uno. O cuantas veces han oído hablar de delanteros que hacen un grandísimo sacrificio en beneficio del equipo presionando y evitando la salida del rival. Pues bien; yo los prefiero que marquen dos goles todos los domingos. Una vez que cada línea acometa su misión principal (repito, el portero para, los defensas defienden, los centrocampistas atacan y defienden, y los delanteros atacan), entonces podremos plantearnos otras cuestiones. Hay que tener claro que es mejor hacer poco bien que mucho mal.
Segundo y también principal: hacer bien lo básico. Algunos se rasgaron las vestiduras cuando el Cholo Simeone dedicó los dos primeros entrenamientos del Atlético de Madrid a practicar la basculación y los marcajes. Eso lo sabrán los jugadores desde alevines, pero en todas las jornadas de liga se ven varios goles del delantero sin marca definida. Entre los centrales suele ser el sitio preferido, de suerte que los equipos juegan con un delantero contra cuatro defensas, y raro es el partido en que no ves a dos defensas discutiendo si “es tuyo” o “es mío”. No hay más que situarse entre los defensas para sembrar la discordia y provocar errores. Consideramos fundamental que los defensas marquen bien y realicen las funciones básicas de manera correcta. Nunca des por sabido el tema anterior, porque en el fútbol, los temas cuestan goles, los goles derrotas, las derrotas ceses, y los ceses frustraciones.
Tercero y muy importante: hazte entender. Da siempre al futbolista órdenes básicas, sencillas, fáciles de comprender, y sobre todo, asegúrate que lo entendió. Si lo comprende y lo hace, entonces avanzamos. Después damos otra orden, y así vamos completando las funciones. Tener siempre presente que no sirve con que te entiendan y lo hagan; además, deben verle la ganancia. Somos animales de éxito, que no creemos ni entendemos nada que no nos produzca un beneficio. Un entrenador debe disponerlo todo para que sus jugadores vean recompensa en el esfuerzo. Solo así se creerán mejores y rendirán por encima de sus posibilidades. Define a cada jugador las funciones básicas de su puesto de manera clara y concisa, que tengan claro que han de hacer. Respalda siempre su actuación si han hecho lo que has pedido, y corrige si no es así, independientemente del resultado del partido. No hay mayor frustración que no saber que se espera de ti, o cual es tu función. La mayoría de los entrenadores (lo digo así de claro), no conoce las funciones a desarrollar en cada posición de un sistema de juego, y otros muchos la conocen pero no lo explican de manera adecuada. No seas tu uno de ellos. Será tu ruina.
Cuarto y superimportante: pensar y ser coherente. El entrenador debe saber en todo momento en qué categoría está, cual es su liga y que nivel tiene. Mucho ojo con esto porque al fútbol no se juega igual según el nivel técnico de los participantes. Es fácil encontrar equipos de Segunda División B que defienden las faltas laterales igual que uno de Primera que gana ligas y Champions. El entrenador que diseña esta defensa da por hecho, en base a la calidad técnica de los jugadores de Primera División, que cualquier remate en disputa por delante del punto de penalty va a ser gol. Por ello saca la defensa fuera del área de penalty y sitúa al portero al borde del área de meta. Esto origina que haya veces que el atacante remate sin oposición, pero desde más lejos. Como quiera que en Segunda B no es válido el axioma de que cualquier remate en disputa delante del punto de penalty vaya a ser gol, defendiendo así lo único que se consigue es dar la opción de rematar sin oposición a un jugador que en disputa no podría hacernos gol.
Tampoco tiene sentido copiar contraataques con carreras de 70 metros si tus jugadores no van a llegar en disposición de finalizar con cierto grado de éxito, ni jugadas ensayadas de 5 toques de elevada técnica y velocidad (se la viste al Chelsea y te crees que en tu equipo va a salir), y un largo etcétera de barbaridades que se ven a menudo por copiar mal y aplicar lo que no se debe.
Es de suma importancia ser coherente también con la táctica empleada. Ésta ha de ser de fácil comprensión y aplicación. Después, vendrán mejoras. Es curioso ver dobles pivotes o centrales guardando un sitio donde no hay nadie cerca, simplemente porque es el sistema de moda. A veces nos perdemos en charlas tácticas multidisciplinares sobre los repliegues, los desdoblamientos, las permutas, la ocupación de las zonas y los espacios. Yo llevo vistos miles de partidos de fútbol y jamás ví meter un gol a los espacios. Los goles los mete el contrario. Y muchas veces, aplicando el sentido común y marcando al adversario más próximo, se salvan goles que ganan partidos. Entendemos la idea de tirar la línea para dejar en fuera de juego a jugadores como Ronaldo o Messi, pero no tiene sentido hacerlo con un delantero que en disputa solo marcaría un gol si se muriese el portero (es demasiado común ver a centrales tirar fueras de juego en categorías de muy bajo nivel técnico). Resumiendo, táctica sencilla, de fácil puesta en funcionamiento y acorde al nivel técnico (los cambios de orientación de más de 30 metros no prosperan de Segunda B para abajo, lo tengo comprobado).
Quinto y esencial: potencia la atención. De todas las cualidades que puede poseer un jugador de fútbol, es la única en la que es posible que el mejor y el peor jugador del mundo estén empatados. Se trata de estar concentrado en el juego para valorar la decisión a tomar en cada momento. En adultos, es fácilmente entrenable y puede llegar a conseguirse una mejora sustancial. Son dos periodos de 45 minutos los que hay que estar muy pendientes de todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Requiere un elevado esfuerzo mental, pero no físico en todos los casos (estar atentos puede evitar esfuerzos innecesarios), ni técnico, ni táctico. Estando atentos se evitan goles de saques rápidos y tu equipo puede marcarlos; estando atentos puedes anticipar los movimientos del rival; estando atentos puedes interceptar un rechace, coger un rebote, ganar un metro al adversario, evitar un fuera de juego o preveer una posible estrategia. En definitiva, la capacidad de atención, estar “metidos en el partido” como le llaman muchos entrenadores, es algo que lima diferencias con un rival superior y las agranda con el inferior. Fuera de la élite, poquitos goles no se deben a despistes del adversario. Si los evitas, serás fuerte.
Si hemos seguido estos cinco pasos, tendremos un equipo que no regala goles, que tiene pocas ideas pero muy claras, que explota las debilidades del adversario, y que en cada parcela del juego es competitivo. Ahora ya puedes hacerlo jugar bien, ganar y divertir.
Antonio Forero Piulestán.
Entrenador Nivel III
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